78.ª Asamblea Mundial de la Salud: después de tres años de negociaciones, la OMS adopta un acuerdo internacional para prevenir pandemias.
En una votación histórica, los países miembros de la OMS adoptaron el Tratado sobre las Pandemias Globales, un acuerdo para prevenir, preparar y responder a las pandemias. Al final, con una votación unánime de 124 votos a favor, 0 en contra y 11 abstenciones, la OMS adoptó el acuerdo sobre pandemias.
Los observadores de la OMS siguen la 78.ª Asamblea Mundial de la Salud: consulte aquí los resúmenes diarios, las declaraciones y los resúmenes de políticas.
La aprobación de la resolución del Acuerdo sobre las Pandemias es el resultado de un proceso de más de tres años, iniciado por los gobiernos durante la pandemia de COVID-19, para negociar el primer acuerdo mundial de este tipo destinado a subsanar las deficiencias y las desigualdades en la prevención, la preparación y la respuesta ante las pandemias. Este acuerdo histórico se adoptó en virtud del artículo 19 de la Constitución de la OMS. Su objetivo es fomentar una colaboración y cooperación más estrechas entre los países, las organizaciones internacionales como la OMS, la sociedad civil, el sector privado y otras partes interesadas para prevenir la aparición de pandemias y responder mejor en caso de una futura crisis pandémica», declaró la OMS en su comunicado de prensa tras la votación.
El equipo de observadores de MSP siguió los debates y la votación en la 78.ª Asamblea Mundial de la Salud.
A continuación se abordó el Acuerdo sobre Pandemias, incluido en el punto 16.2, en virtud del cual la Asamblea examinó la adopción del proyecto de acuerdo sobre pandemias. Cuando se presentó el tratado sobre pandemias y se abrió el turno de palabra para que los Estados miembros formularan sus observaciones, casi todos los Estados miembros levantaron sus placas con sus nombres para intervenir.
La mayoría de los países, tanto del norte como del sur, acogieron con entusiasmo el resultado del INB y expresaron su apoyo a la adopción de la resolución propuesta. Los Estados miembros elogiaron al INB por sus incansables esfuerzos y reconocieron el acuerdo sobre pandemias como un hito importante e histórico, una herramienta para garantizar la seguridad y la responsabilidad a nivel mundial. Muchos Estados miembros expresaron su firme apoyo al acuerdo sobre pandemias con el espíritu de proteger el multilateralismo. La necesidad de promover la equidad y la solidaridad frente a las amenazas pandémicas fueron temas clave de muchas declaraciones. El delegado de Haití afirmó que «la equidad no puede seguir siendo una teoría para Haití», destacando la importancia de adoptar medidas concretas para aplicar los principios acordados. El espíritu de la jornada fue que, en palabras del copresidente del INB, «ningún país puede hacer frente a una crisis mundial por sí solo».
Los copresidentes del INB presentan el acuerdo sobre la pandemia y resumen el proceso del INB La mayoría de los países (por ejemplo, Guyana y Brasil) destacaron la importancia del multilateralismo para reforzar la seguridad sanitaria mundial. La centralidad del enfoque «Una sola salud» se mencionó en varias ocasiones como un aspecto ejemplar del acuerdo (por ejemplo, por Austria y Barbados). También se mencionaron en varias ocasiones los principios de equidad y justicia (Uganda y Ecuador).
Cabe destacar que la equidad se utilizó de dos maneras en el debate: por un lado, para pedir más equidad y para tenerla en cuenta cuando se aplique el acuerdo, y por otro, para describir la dirección hacia la que el acuerdo ha orientado a los Estados, mientras que otros (especialmente los miembros del Norte Global) parecían afirmar que el tratado había logrado plasmar con éxito la prioridad de la equidad en la preparación y respuesta a las pandemias.
Países como Sudáfrica, Egipto, Senegal e Indonesia hicieron hincapié en la necesidad de un marco jurídicamente vinculante para abordar las deficiencias críticas en la preparación y respuesta ante pandemias, como la distribución de beneficios, la financiación sostenible, la transferencia de tecnología y el apoyo a los Estados miembros. Otros países que apoyaron el acuerdo, como la UE, Francia, Bahamas, Samoa, Angola, Tailandia, Australia, China, Cuba y muchos más, que consideran el acuerdo un paso crucial hacia una arquitectura sanitaria mundial más equitativa y resiliente, pidieron que se adoptara de conformidad con el artículo 19 de la Constitución de la OMS.
Otros países, como la India y Colombia, aunque apoyaron el acuerdo, destacaron la necesidad de examinar detenidamente disposiciones específicas, como la transferencia de tecnología y los derechos de propiedad intelectual.
Sin embargo, algunos miembros se mostraron mucho más críticos con el tratado, y Bulgaria se opuso especialmente al artículo 4 (sobre prevención) y al artículo 5 (Una sola salud). Varios otros expresaron sus dudas sobre el apoyo al proyecto. Por ejemplo, los mecanismos y las restricciones financieras durante las pandemias. Panamá destacó el derecho al desarrollo y subrayó la necesidad de concluir primero las negociaciones sobre el mecanismo previsto de acceso a los patógenos y distribución de los beneficios (PABS) antes de seguir adelante con el acuerdo. La necesidad de esta posición quedó patente en la declaración de Dinamarca, que pidió que el PABS no solo fuera voluntario, sino que se elaborara de manera que las empresas se adhirieran a él de forma no vinculante. Bulgaria, Israel, Japón y Hungría expresaron su preocupación por la claridad, la viabilidad y las posibles repercusiones del PABS en la soberanía nacional y la participación de la industria. Bulgaria destacó específicamente su preocupación por el proceso de negociación y la falta de información sobre la aplicación del PABS. Israel y Japón hicieron hincapié en la necesidad de un sistema PABS razonable y viable, mientras que Hungría subrayó la importancia de preservar la soberanía nacional.
A pesar de estas objeciones, el «ambiente festivo» que pidió Bangladesh se materializó al final, ya que la resolución fue aprobada por abrumadora mayoría en la Asamblea. A petición de Eslovaquia, la resolución se sometió a votación (a mano alzada) y once países se acogieron a la posibilidad de abstenerse, pero, no obstante, la resolución se aprobó por 124 votos a favor y ninguno en contra.
Entre los países que se abstuvieron figuraban Bulgaria, Egipto, Irán, Israel, Italia, Jamaica, los Países Bajos, Paraguay, Polonia, Rusia y Eslovaquia, con motivos que iban desde la percepción de falta de consenso en torno a la decisión, el supuesto comportamiento opaco de algunas partes antes de la decisión (Egipto), la preocupación por la soberanía estatal (Rusia, Italia), la necesidad de que los «procesos nacionales» precedieran al acuerdo (Polonia) y los asuntos pendientes de la PABS (Irán, Bulgaria).